IDENTIDAD INDIVIDUAL
Ronald casas
Sin ser experto en el tema de la identidad, pero si como persona que se construye día a día y que en ocasiones a tomado el tiempo para reflexionar sobre este asunto, a continuación dejaré algunas ideas de cómo veo la identidad individual.
Como estudiante de la vida, me he preguntado ¿Quién soy “yo”, que es el “yo”?, que es lo que diferencia y caracteriza a una persona?, que hace que tengamos unos patrones de respuesta ante determinados estímulos?. Morfológicamente, entre los seres humanos no encontraremos dos personas idénticas, salvo los caso de gemelos. Y en la manera de comportarnos, de responder ante situaciones diferentes también encontramos diferencias marcadas incluso en el caso de gemelos.
El hombre es un ser con un componente objetivo y otro subjetivo, un componente material y otro espiritual. Esto es importante para la satisfacción de nuestras necesidades básicas. Dios en su infinita sabiduría ha provisto al hombre de estos elementos, los cuales fueron importantes para que la especie se mantuviera en el pasar de los años, y como lo podría decir E. O. Willsón, famosos socio biólogo, el desarrollo evolutivo de estos componentes ha permitido que la especie haya logrado sobrevivir y trascender en la historia de la vida.
En base a lo anterior he concluido que el yo, es el producto de una constante interacción entre el acervo genético del individuo, su expresión (fenotipo) y su medio externo dotado de símbolos, circunstancias, percepciones sobre la sociedad, la naturaleza, la familia, las cosas, etc.
Pero porque somos diferentes?, primero porque cada ser humano cuenta con una carga genética diferente a excepción de los gemelos; es decir la interacción de nuestros genes tendrá una predisposición a producir características diferentes como lo son el color de los ojos, la estatura, el color de la piel, la textura de la piel, las facciones de la cara, el tono de voz, la resistencia y predisposición a padecer algunas enfermedades, la inteligencia, la fortaleza física, etc.
Estas características, ya son funcionales para identificar a una persona, para incluirla dentro de un grupo e incluso para excluirla de otros grupos. Sin embargo, justamente en este aspecto es donde nacen las primeras muestras de una sociedad desigualitaria, excluyente y racista. Para esto basta recordar el movimiento eugenésico nazi, la discriminación europea hacia los indígenas, criollos y afrodescendientes americanos, donde las diferencias fenotípicas por si solas ya han sido un motivo de exclusión. Aparte de esto, en ha sido un icono de desigualdad la exclusión de la mujer en la participación social.
Ahora, cual es el efecto de la eugenesia, de esta selección e incluso búsqueda por “mejorar la raza humana”, la pérdida de identidad. En la actualidad, los grupos discriminados son ultrajados psicológicamente con los estereotipos impuestos por la sociedad y que obedecen al modelo económico basado en el mercado. Tal caso por ejemplo, el estereotipo femenino de cabello liso, glúteos y senos voluminosos, abdomen y cintura reducida, éste entra a través de los medio de comunicación especialmente los visuales e impone unos esquemas mentales de lo que debe ser la belleza femenina, utilizan modelos con esas características para ocupar espacios deseados por las mujeres, como resultado, un gran número de hombres empiezan a desear mujeres con esas características y las mujeres a hacer lo que este a su alcance por cumplir con estos nuevos requisitos sociales; esto conlleva a que la persona se niegue a si misma para querer ser otra. Un evidente ejemplo de esto se apreció en la novela “Sin Tetas no hay Paraíso” y sin dudas, en nuestra sociedad encontramos muchos ejemplos similares. Ahora, después de esta ilustración, extrapolemos a las comunidades campesina, indígenas, raizales, a los pobres, a los bajitos, a los gorditos, a los que no cumplen con los estereotipos pero que fácilmente pueden ser víctimas de un terrorismo psicológico… esto trae evidentemente es un factor generador de crisis de identidad al pretender negarse la persona a sí misma para cumplir con estereotipos impuestos y homogenizadores.
De igual modo, se crean estereotipos no solo de belleza, también se crean de estilos y calidad de vida, por ejemplo, un factor determinante en la migración del campo a la ciudad que aún se observa en los jóvenes especialmente y no solo por razones de desplazamiento forzado. En el contexto social andino, el trabajo de campo y el hecho de identificarse como campesino ha sido un asunto que es visto como una enfermedad por el común de la gente que crece en centros urbanos, no entendiendo así que es simplemente un estilo de vida diferente, con una manera de vestir, de comer, de hablar y expresarse diferente. Peor aún, cuando el campesino es víctima de este menosprecio y toma como alternativa migrar a la ciudad para convertirse en citadino, tener un empleo que no se relacione con el campo y dejar atrás esa historia. Este tipo de crisis afecta no solo la identidad individual, sino también la colectiva y en menor grado la cultural y la nacional cuando Colombia es un país con vocación agrícola.
Los estereotipos alcanzan para todo y para todos, y con el constante avance de herramientas como las TICs dentro de la globalización, se ofrece un sinnúmero de posibilidades a las personas para que se construyan, se destruyan y generen nuevos espacios de identidad que muchas veces por falta de fondo, son contrarios entre sí, por ejemplo una persona de origen indígena, que tiene una bandera nazi con la cruz esvástica en su habitación.
Finalmente, la verdadera identidad, consiste en reconocerse a sí mismo, dentro de un grupo y propender por el bienestar y empoderamiento de tal; reconocer el pasado, las acciones y eventos que han influido para ser quienes somos; además saber para donde vamos, tener un proyecto de vida no basado en metas, sino mas bien en propósitos es decir en acciones concretas.
El desarrollo humano debe partir de la historia de la persona, de quien es, de sus capaciades, de sus aspiraciones y necesidades, he aquí un aspecto importante e la identidad colectiva y cultural, para generar estrategias acorde a un grupo con características en común, pero para esto es importante definir la individualidad.
El desarrollo humano es de la gente, por la gente y para la gente. Justamente por esa razón es innegable el protagonismo de la persona y para esto es necesario definirla, identificarla y aún más importante que la persona se auto identifique y autodefina.
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